Redacción del Momento Espírita
¿Será posible ser felices, en un mundo tan infeliz?
¿Un mundo donde más de la mitad de la población vive por debajo del nivel de la pobreza?
¿Un mundo donde hay terremotos, tsunamis, huracanes, inundaciones y sequía?
¿Un mundo injusto, donde poco más de mil personas poseen riqueza, igual o superior, a la riqueza del conjunto de países donde vive el 59% de la Humanidad?
¿Es posible ser feliz en un mundo así? ¿Es posible ser feliz en un país como Brasil, donde el 46% de la riqueza nacional está en las manos de apenas cinco mil familias?
Una privilegiada cabeza brasileña, al analizar la cuestión, separó la felicidad en dos tiempos: el tiempo vertical y el tiempo horizontal.
El tiempo vertical es el momento intenso, vibrante de una realización.
Puede ser la conquista de un título en un campeonato, o haber pasado el examen para la Universidad, el primer encuentro amoroso, el nacimiento de un hijo.
En ese tiempo vertical, la persona está feliz. Es un momento especial, pero pasajero.
Así, se puede estar atravesando intensos dolores, graves problemas y estar feliz en algunos momentos: por el diploma conquistado por el hijo, por el empleo tan esperado que se anuncia, por el viaje soñado que se concreta.
El tiempo horizontal es el del día a día. Así, la pasión, el ideal del amor eterno que hace a la persona desear estar con el otro es el tiempo vertical, de estar feliz.
En la relación a dos, en la rutina en que, a veces, se transforma el casamiento, hay un desgaste natural.
En ese momento, es cuando entra el diálogo, la tolerancia, la renuncia, el cultivo de la ternura, sin lo que el amor se enfría, hasta volverse indiferencia.
En ese momento la persona puede ser feliz. Feliz si tuviera la capacidad de romper la rutina: inventar un programa, salir con amigos, ir al teatro.
Inventar y reinventar cada día.
Feliz si tuviera la sabiduría para no complicar las cuestiones, acoger los límites, comprender y superar dificultades.
De esa forma, podemos estar felices el día que ganamos un ascenso, un aumento del salario compensador.
Podemos estar felices cuando nuestro hijo vuelve al hogar, después de un largo viaje o alguien muy querido nos visita.
Son momentos intensos, vibrantes.
El ser feliz es el estado prolongado, siempre recreado y alimentado.
Es la sabiduría de vivir.
La felicidad, pues, es una conquista. Podemos sorberla, en gran dosis en un momento, en un día y estar felices.
Podemos sorberla en gotas homeopáticas, cada día, y ser felices.
Podemos, pues, escoger cómo deseamos nuestra felicidad: en tiempo vertical o en tiempo horizontal.
¿Deseamos estar felices o ser felices?
* * *
Vives momentos de felicidad de los cuales no te das cuenta.
Delante de tus ojos están paisajes ricos de belleza y color.
Siguen contigo las bendiciones de Dios, que aun no sabes valorar.
Las ocasiones de amar y ser amado se multiplican.
Rompe el caparazón que te impide el claro discernimiento y aprende a ser feliz.
Redacción del Momento, con base en un texto extraído del libro Dialéctica de la felicidad (3 tomos”, de Pedro Demo, 2001 y en la presentación del libro Momentos de felicidad, por el Espíritu Joanna de Ângelis, psicografía
El 02.10.2008.
O FUTURO E A FELICIDADE
EL FUTURO Y LA FELICIDAD
Elio Mollo
26 de mayo de 2008
Todo es armonía en la obra de Dios,
desde el ser más simple al más complejo.
Todo se revela una previdencia
Facilitando el progreso de los hijos Suyos.
Sin cesar la naturaleza humana progresa.
Desenvolviendo la inteligencia
y también el sentido moral,
perfeccionando en cada uno, la costumbre,
haciendo surgir al hombre ideal.
El progreso Universal
Es un efecto de la voluntad Divina.
Como dijo Jesús un día:
“Sed perfecto como es vuestro
Padre Celestial.-
En ese gran campo de la vida Sideral,
Cada ser inteligente
tiene su parte de acción,
que a través de la solidaridad,
de la caridad y de la fraternidad
todo se regule, se mueva y funcione
en un orden perfecto, toda la Creación.
La Humanidad es un ser colectivo
que opera grandes revoluciones,
inclusive, la construcción moral
en el interior de cada criatura, individual,
firmando una cohesión de progreso
en una escala que contiene un patrón
que regula, a vastas proporciones.
Así surge la transformación social,
quedando la madurez
para toda la Humanidad,
sustituyendo el egoísmo
en una equilibrada humildad,
premiando a cada criatura
en una merecida felicidad.
Versos con base en Revista Espírita, octubre de q866
Los tiempos han llegado.
Con este mensaje electrónico
Siguen muchas vibraciones de paz y amor
Para usted
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http://aeradoespirito.sites.uol.com.br/
Mensaje traducido por ISABEL GONZÁLEZ-España
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